Hace un mes participe a un
concurso de micro relatos (menos de 2000 caracteres) sobre la realidad
africana/África/imaginarios/percepciones. No gané nada, pero como decía P. De
Courbertin ‘lo más importante no es ganar, sino participar’. Aquí os dejo el
segundo y último micros relatos que propuse
En
un lugar de las áridas y ricas tierras africanas cuyo nombre no quiero
mencionar vivía gente muy buena, mi gente. Lo más precioso que teníamos era la
costumbre y la naturalidad de ayudarnos mutuamente y juntarnos para hacer actividades
de la vida diaria: los niños que salían juntos para ir a la escuela o al río para bañarse, los adolescentes que se
juntaban para hacer el senderismo o para jugar todo tipo de juego (el
escondite, el salto de cuerda, el ‘tire -tire’el papa y mamá etc.), crear
juegos (Ya se nos va el espíritu creativo) … y lo más importante el encuentro semanal
bajo el baobab del pueblo donde los ancianos y griots solían contarnos cuentos
y sabidurías bantúes. Mi abuelo solía decirnos que antes de que Carlomagno
inventara la escuela, nosotros ya teníamos la nuestra y nunca deberíamos dejar de
valorarla ya que ella os permite mantener el contacto con nuestra idiosincrasia
y sobre todo acercarnos con sabiduría a la otredad.
Han
pasado siglos, años, el idioma de los griots, mejor dicho el nuestro, ya nos parece
extraño, ya no hay transmisión del saber cultural y lingüístico de generación a
generación, mis nietos apenas me entienden en mbouda, ni los veos hacer cosas con
otros hijos del pueblo, pero al contrario son unos maestros de las NTIC, desde
los juegos electrónicos hasta las redes sociales. A día de hoy me da pena
seguir viviendo en mi tierra, cada
vez más me doy cuenta de que hemos aprendido a volar como pájaros, a hablar lenguas extranjeras como
nativos, a jugar a la play más que los propios diseñadores, a tuitear, a pasar
horas en el facebook, a este respecto el genio A. Einstein ya comentaba que
Hemos aprendido todo pero hemos perdido tanta humanidad, estamos perdiendo nuestra manera de ser nosotros, estamos perdiendo sustancialmente nuestra idiosincrasia y nuestro arte de vivir juntos como humanos y hermanos.
Hemos aprendido todo pero hemos perdido tanta humanidad, estamos perdiendo nuestra manera de ser nosotros, estamos perdiendo sustancialmente nuestra idiosincrasia y nuestro arte de vivir juntos como humanos y hermanos.
Muchos nacimientos, significan muchos entierros. Ya
no sé quiénes somos. Es posible ser internacional sin dejar de ser nacional. Es posible ser moderno sin dejar de valorar valores imprecindiles de lo tradicional. Es posible viajar sin perderse.
Pd.Fuck
what’s happening! ¡Continuará!